ANDRES CABEZA ABAJO
PEREZ ANTON, PABLO
Y, como se temía,
Andrés se encontró dentro de la barriga del lobo feroz,
que estaba dentro de la barriga del león hambriento,
que estaba dentro de la barriga del oso salvaje,
que estaba dentro de la barriga del dragón terrible,
que estaba dentro de la barriga del ogro.
Pablo Albo nos presenta en este cuento una especie de matrioska de todas las temidas y voraces fieras de los cuentos tradicionales. El autor de La sopa quema, El último canto, Un gato en el árbol y El Tragaldabas (OQO editora) realiza este original repaso a través del estómago de cada una de las criaturas fantásticas que, generación tras generación, han atemorizado a niños de todas las épocas bajo la amenaza de tragárselos.
Es muy común en los cuentos populares esta estructura acumulativa en la que un monstruo guarda en sus entrañas a otro y así sucesivamente, hasta llegar a liberar al que está en el interior, casi siempre con la finalidad de salvar al héroe del cuento.
En Andrés cabeza abajo el protagonista es engullido por un ogro. A partir de esta fatalidad, el pesimismo se adueña del pequeño: Con la mala suerte que tengo, seguro que en la barriga del ogro me encuentro un dragón terrible que me quiere devorar. Y así fue. Esta concatenación de estómagos y predicciones se sustenta en el augurio popular de que lo que puede salir mal saldrá mal.
A pesar del pesimismo de Andrés, Pablo Albo nos ofrece una versión cómica y no dramática de la Ley de Murphy (la tostada siempre caerá por el lado de la mantequilla), gracias también a las divertidas ilustraciones de Roger Olmos.
El ilustrador de La cabra boba, La cosa que más duele del mundo, ¡Sígueme!(Una historia de amor que no tiene nada de raro) y Mosquito recurre a su inconfundible estilo: impactantes imágenes con perspectivas muy eficaces para guiar la acción y asimilar conceptos espaciales que marcan el ritmo del relato. Además, su humor irreverente encaja con la lectura divertida que pretende este álbum.
Como suele ser también habitual en Roger Olmos, sus ilustraciones están llenas de guiños al lector que le obligan a no perderse ni un solo detalle. Así, el álbum tiene la capacidad de sorprender en una segunda, tercera, cuarta
lectura y conectar con todas las edades. Al principio, me imaginé la historia real de Caperucita Roja: yo estaba seguro de que los jugos gástricos del lobo ya habrían hecho de las suyas con ella debido al tiempo que tardaron en sacarla, arguye el ilustrador catalán para atreverse con ciertas imágenes.
La diversión, la risa y el aprendizaje están garantizadas en este libro de aprendizaje: Andrés, finalmente, decide ver la botella medio llena y reconsidera su actitud vital, ya que lo que puede empeorar tiene las mismas posibilidades de mejorar; y los pequeños lectores asumen con naturalidad que todos, incluso las fieras de los cuentos, expulsan por el mismo sitio el sobrante del proceso digestivo.
Texto de Pablo Albo
Ilustraciones de Roger Olmos
Este libro es una matrioska de todas las temidas y voraces fieras de los cuentos tradicionales.
La historia realiza este original repaso a través del estómago de cada una de las criaturas fantásticas que, generación tras generación, han atemorizado a niños de todas las épocas bajo la amenaza de tragárselos.
Las ilustraciones obligan a no perderse ni un solo detalle y posibilitan nuevas lecturas.
El humor irreverente de las imágenes encaja con la lectura divertida que pretende este álbum.