POBRE DIABLO
KELLY,HENRY ANSGAR
La tradición cristiana identifica a Satanás (el príncipe de las tinieblas) con Lucifer, ángel archienemigo del Altísimo que por orgullo se rebela contra éste y, ya caído en desgracia, instiga el pecado más fecundo y persistente de la historia. Henry Ansgar Kelly, sin embargo, nos muestra que esa estampa no es rigurosamente bíblica, sino más bien una entelequia fabricada por los primeros padres de la Iglesia, que de ese modo cimentaron la «nueva biografía de Satán». La «biografía original» debe ser, por tanto, rescatada desde las páginas del Nuevo Testamento, donde Satanás es una especie de burócrata celeste muy similar al descrito en el Libro de Job. Su ocupación es el gobierno del mundo y, específicamente, la escrupulosa vigilancia del género humano. Pero se trata de un administrador tan brutal y embustero que Jesús anuncia su pronta destitución.
Kelly traza en este libro el desarrollo posterior de la fábula y sus aciagas consecuencias para los mortales: una culpa heredada de padres a hijos, la inexorable y tentadora presencia de un demonio vitalicio y el eterno castigo de los réprobos en las llamas del infierno. Ésa es la imagen canónica que muy insignes pastores quieren hoy promover, pero Kelly nos insta a recuperar la «biografía original» del probo funcionario siempre a punto de ser cesado en los despachos de la Divina Providencia.
Un buen tipo, sin duda incomprendido, con una diabólico problema de imagen.
Peter Stanford, The Independent
La tradición cristiana identifica a Satanás (el príncipe de las tinieblas) con Lucifer, ángel archienemigo del Altísimo que por orgullo se rebela contra él y, ya caído en desgracia, instiga el pecado más fecundo y persistente de la historia. Henry Ansgar Kelly, sin embargo, nos muestra que esa estampa no es rigurosamente bíblica, sino más bien una entelequia fabricada por los primeros Padres de la Iglesia, que de ese modo cimentaron la «nueva biografía de Satán». La «biografía original» debe ser, por tanto, rescatada desde las páginas del Nuevo Testamento, donde Satanás es una especie de burócrata celeste muy similar al descrito en el Libro de Job. Su ocupación es el gobierno del mundo y, específicamente, la escrupulosa vigilancia del género humano. Pero se trata de un administrador tan brutal y embustero que Jesús anuncia su pronta destitución. Kelly traza en este libro el desarrollo posterior de la fábula y sus aciagas consecuencias para los mortales: una culpa heredada de padres a hijos, la inexorable y tentadora presencia de un demonio vitalicio y el eterno castigo de los réprobos en las llamas del infierno. Esa es la imagen canónica que muy insignes pastores quieren hoy promover, pero Kelly nos insta a recuperar la «biografía original» del probo funcionario siempre a punto de ser cesado en los despachos de la Divina Providencia.