PASADO PRÓXIMO
MUJERES ROMANAS DE TÁCITA A SULPICIA
CANTARELLA, EVA
La primera parte de este libro, dedicada a los orígenes de Roma y a la época arcaica, trata de ilustrar la condición de las mujeres romanas a partir del tema del "silencio". Con la expresión "silencio femenino" se hace referencia al silencio impuesto por los romanos a las mujeres ya desde el mismo momento en que éstos dieron vida a la organización ciudadana. Esta parte traza las líneas fundamentales de la condición femenina en los albores de la ciudad de Roma e incluye, además, la comparación con la condición de las mujeres pertenecientes a las "ethne" que contribuyeron a formarla, esto es, de las mujeres etruscas, de las sabinas y de aquellas que pertenecían a ciudades del Lacio diferentes a Roma. La segunda parte, dedicada, tras el fin de las instituciones monárquicas, a los siglos de la República y a los años en que se consolidó el poder personal de Augusto, trata de recoger los cambios producidos en la condición femenina a partir de la consideración de la nueva libertad de palabra que disfrutaron las mujeres. Asimismo, se esboza un perfil de algunas de estas mujeres, tratando de distinguir lo que se ajusta a la realidad de lo que los autores, siempre hombres, contemplaban y juzgaban a las mujeres emancipadas. El libro concluye dejando la palabra a Sulpicia, la única voz de la literatura clásica, la única mujer de la época clásica cuyas obras han llegado a nosotros.
La primera parte de este libro, dedicada a los orígenes de Roma y a la época arcaica, trata de ilustrar la condición de las mujeres romanas a partir del tema del " silencio " . Con la expresión " silencio femenino " se hace referencia al silencio impuesto por los romanos a las mujeres ya desde el mismo momento en que éstos dieron vida a la organización ciudadana. Esta parte traza las líneas fundamentales de la condición femenina en los albores de la ciudad de Roma e incluye, además, la comparación con la condición de las mujeres pertenecientes a las " ethne " que contribuyeron a formarla, esto es, de las mujeres etruscas, de las sabinas y de aquellas que pertenecían a ciudades del Lacio diferentes a Roma. La segunda parte, dedicada, tras el fin de las instituciones monárquicas, a los siglos de la República y a los años en que se consolidó el poder personal de Augusto, trata de recoger los cambios producidos en la condición femenina a partir de la consideración de la nueva libertad de palabra que disfrutaron las mujeres.