NUEVAS GREGUERÍAS
GÓMEZ DE LA SERNA, RAMÓN / MADOZ, CHEMA / MADOZ, CHEMA FOT.
En un golpe de audacia, La Fábrica Editorial sorprende a propios y extraños con la publicación en la Colección Blow up Libros Únicos de Nuevas Greguerías de Ramón Gómez de la Serna. El hallazgo tuvo lugar en la Universidad de Pittsburgh (Pennsilvania, EE.UU) a cargo de la hispanista de la Universidad de la Sorbona Laurie-Anne Laget, quien recopiló el legado de 428 greguerías inéditas. El libro homenajea el interés de Gómez de la Serna por la fotografía y el cine, técnicas de las que se valió para construir su imagen pública.
En estas greguerías el escritor novecentista juega con detalles anodinos de la vida cotidiana. Además, están acompañadas por quince fotografías realizadas y seleccionadas por el fotógrafo Chema Madoz, nunca antes publicadas. "Tanto Madoz como Gómez de la Serna", afirma el comunicado de prensa de La Fábrica, "quieren sorprender a su espectador o lector y se complacen en distorsionar lo real.
Si se unen los términos "humorismo" y "metáfora" la conjunción de ambos es la palabra "greguería". Ésta es la definición que el propio Ramón Gómez de la Serna dio para el nuevo género inventado por él, basado en frases breves que definen la realidad cotidiana desde una mirada lúdica.
Las greguerías son píldoras de poesía, imágenes que transforman la realidad y la ven desde una perspectiva nueva y sorprendente. Por su parte, las quince fotografías inéditas de Chema Madoz seleccionadas por él, dialogan en perfecta sintonía con las greguerías, pues su obra coincide en originalidad con la de Ramón Gómez de la Serna a la hora de citar sus particulares sugerencias visuales. Son pues fotografías mágicas donde nada es lo que parece y donde la realidad aparente es sustituida por otra mucho más imaginativa y cercana.
En 1970, la Universidad norteamericana de Pittsburgh adquirió de Luisa Sofovich, la viuda de Ramón Gómez de la Serna, los últimos libros y manuscritos sobre los cuales trabajaba el escritor en el momento de su muerte, en 1963. El prolífico creador de vanguardia dejó una ingente cantidad de material, un riquísimo fondo en buena parte aún inédito. Entre otros tesoros, se conserva un importante corpus de apuntes de greguerías, con numerosas correcciones en tinta roja, para un proyecto que no llegó a publicarse.
La hispanista Laurie-Anne Laget, profesora de la Universidad de la Sorbona de París, ha rastreado a fondo el archivo para recopilar las 428 greguerías inéditas presentadas en esta edición, aunque algunas se encuentran dispersas en la prensa española o argentina de los años 50 y 60, todas ellas son muestra del enorme talento que Gómez de la Serna supo volcar en todo lo que hacía, y desde luego en este género humilde pero de profundas resonancias que es la greguería.
Como comenta Laget, Gómez de la Serna juega en estas frases breves con los detalles anodinos de la vida cotidiana: «Prisa: se había puesto la sombra del revés», «La lluvia cree que el paraguas es su máquina de escribir» o «Teléfono: enchufe de oreja a oreja». Tanto Chema Madoz como Ramón Gómez de la Serna quieren sorprender a su espectador o lector y se complacen en distorsionar lo real, pero haciendo hincapié en las relaciones inéditas que elaboran sus respectivos universos creadores.
Algunos datos biográficos
Ramón Gómez de la Serna nació en Madrid en 1888 y murió en Buenos Aires en 1963. Licenciado en Derecho, la literatura le absorbió desde muy joven, y a los 17 años ya había publicado su primer libro. Enclavado en el más puro vanguardismo, aunque generalmente adscrito a la generación de 1914 o el Novecentismo, se empeñó en renovar el panorama literario español a través de la revista Prometeo y desde su tertulia del Café de Pombo en Madrid. Su particular visión de la literatura dio lugar a un nuevo género inventado por él: las greguerías, frases breves que proponen una definición lúdica de la realidad cotidiana, que el propio autor definió como «humorismo + metáfora». Su ingente producción literaria abarca desde artículos, ensayos y folletines hasta biografías, teatro, novela o relato.
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Ésta es la definición que el propio Ramón Gómez de la Serna dio para el nuevo género inventado por él, basado en frases breves que definen la realidad cotidiana desde una mirada simbólica y lúdica.
Por su parte, las imágenes de Chema Madoz, uno de los fotógrafos más importantes de nuestra época, dialogan en perfecta sintonía con las greguerías. Fotografías donde nada es lo que parece y donde la realidad aparente es sustituida por otra mucho más imaginativa y cercana.
En 1970, la Universidad norteamericana de Pittsburgh adquirió de Luisa Sofovich, la viuda de Ramón Gómez de la Serna, los últimos libros y manuscritos sobre los cuales trabajaba el escritor en el momento de su muerte, en 1963. El prolífico creador de vanguardia dejó una ingente cantidad de material, un riquísimo fondo en buena parte aún inédito.
Entre otros tesoros, se conserva un importante corpus de apuntes de greguerías, con numerosas correcciones en tinta roja, para un proyecto que no llegó a ver la luz editorial. La investigadora Laurie-Anne Laget ha rastreado a fondo el archivo para recopilar las 400 greguerías inéditas que presentamos en esta edición, y que son una muestra del enorme talento que Ramón Gómez de la Serna supo volcar en todo lo que hacía, y desde luego en este género humilde pero de profundas resonancias que es la greguería.