MUJER TENÍAS QUE SER
LA CONTRUCCIÓN DE LO FEMENINO A TRAVÉS DEL LENGUAJE
MARÍA MARTÍN BARRANCO
No es lo mismo una mujer pública que un hombre público, ni tampoco comparten el mismo espacio. Mujeres del partido, fáciles, mundanas, perdidas... o hembras cuasi pútridas, escalentadas y de mal olor como las insultaba, al definirlas, el inquisidor Covarrubias. Pencas o pechugonas, frígidas o ninfómanas, brujas o santurronas, todas prostitutas al fin. Monstruosas y menstruosas, lloronas, histéricas, malas pécoras, zorras y burras (¡zurras para todas ellas!) desfilarán por estas páginas, donde María Martín analiza con maestría, humor y mucha sorna todas estas representaciones maléficas de la mujer, la encarnación (folclórica y patriarcal) de todo el mal.