LA NUBE EN PANTALONES
MAIAKOVSKIÏ, VLADIMIR
Vladimir Maiakovskiï (Baghdati, Georgia, 1893 Moscú, 1930) empezó a escribir poesía de muy joven. A la muerte de su padre, emigró con su familia a Moscú, donde entró en contacto con el ambiente revolucionario de la Rusia proletaria de principios del siglo XX. Su activismo político como agitador propagandístico rara vez se entendió, siendo frecuentemente mal interpretado por sus coetáneos. En 1912, junto con David Burliuk y Velimir Jlébnikov, escribió el manifiesto: La bofetada al gusto del público. La nube en pantalones y La flauta vertebral son poemas de este periodo.
Narra el propio Maiakovskiï que en 1913, durante uno de sus viajes en tren por Rusia, viajó en el mismo compartimento que una joven burguesa. Sentada frente a él, la muchacha se sobresaltó cuando vio que el tren se dirigía hacia un túnel, temiendo que aquel hombre fuera a hacerle algo aprovechando la oscuridad. Maiakovskiï, al percatarse del temor de la joven, le dijo para sosegarla: "No se preocupe señorita, soy una nube en pantalones".
Maiakovskiï era el poeta de la vida urbana: burlón y revolucionario, aborrecía la petulancia literaria y adoraba la crudeza y el realismo. Su técnica literaria se basaba, precisamente, en dejar de lado cualquier forma literaria. En el caso de la poesía, rompió los cánones que encorsetaban el poema, tanto en forma como en contenido: un concepto nuevo para un mundo nuevo.
Esta edición incluye, a modo de colofón, la visión crítica de León Trotsky sobre Vladimir Maiakovskiï. Manuel Flores, amante de títeres, marionetas, máscaras y fantoches es quien ha puesto imágenes a esta "nube", convencido de que sólo los muñecos no saben mentir. Ha ilustrado Un cuento putrefacto, de Pepín Bello, en Sd·edicions y El paseo de Buster Keaton, de Federico García Lorca, en la editorial Media Vaca.
Narra el propio Maiakovskiï que en 1913, durante uno de sus viajes en tren por Rusia, viajó en el mismo compartimento que una joven burguesa. Sentada frente a él, la muchacha se sobresaltó cuando vio que el tren se dirigía hacia un túnel, temiendo que aquel hombre fuera a hacerle algo aprovechando la oscuridad. Maiakovskiï, al percatarse del temor de la joven, le dijo para sosegarla: "No se preocupe señorita, soy una nube en pantalones".
Maiakovskiï era el poeta de la vida urbana: burlón y revolucionario, aborrecía la petulancia literaria y adoraba la crudeza y el realismo. Su técnica literaria se basaba, precisamente, en dejar de lado cualquier forma literaria. En el caso de la poesía, rompió los cánones que encorsetaban el poema, tanto en forma como en contenido: un concepto nuevo para un mundo nuevo.
Esta edición incluye, a modo de colofón, la visión crítica de León Trotsky sobre Vladimir Maiakovskiï. Manuel Flores, amante de títeres, marionetas, máscaras y fantoches es quien ha puesto imágenes a esta "nube", convencido de que sólo los muñecos no saben mentir.