ADRENOCROMO
Y OTROS MITOS SOBRE DROGAS
HIDALGO DOWNING, EDUARDO
Colocarse con telas de araña, drogarse con pilas, engañar al alcoholimetro esnifando anfetamina, embriagarse con el aroma de las deposiciones humanas, flipar fumando pasta de dientes, alucinar con el adrenocromo hasta volverse loco
¿mito o realidad? ¿verdad o mentira? ¿cierto o falso? ¿posible o imposible? ¿y Franco que opina de esto? ¿y usted, qué sabe al respecto? ¿las tendría todas consigo si alguien le preguntara sobre el asunto? Es más, ¿acaso las tiene alguien, quien quiera que sea? La respuesta (a la última pregunta) es: Sí. Hay alguien aquí que puede responder con rigor y sin titubeos a estas absurdas e inquietantes cuestiones; y lo tenemos al otro lado del Chat, de modo que
¿qué hacemos? ¿qué harían ustedes? ¿perderían su precioso tiempo en hablar con un individuo versado en tan apasionante temática o dejarían correr el aire para seguir hablando de los adolescentes y las drogas? Los adolescentes; las drogas, las de toda la vida ¿verdad? Lo mismo que nosotros. Así que, «bye bye» al mitómano. Aunque, bueno
¡No! Un momento; esperen, que ¿estas excentricidades y extravagancias insondables no son, precisamente, sobre las que comentan, cuentan, preguntan, juran y perjuran los chavales y las chavalas en el insti, en los foros, en las redes sociales y en cualquier espacio donde tienen la ocasión de hacerlo? Sip. En efecto. Así es, no se equivocan. Las mismas son. Las mismas que le dejan a uno descolocao, las mismas que periódicamente- traen a los medios de comunicación de cabeza, las mismas que
vamos, que si, que son las mismas, no le den más vueltas. Las mismas sobre las que, en última instancia y por regla general, nadie tiene ni repajolera idea de por dondecogerlas ni soltarlas ni entenderlas ni explicarlas. De tal manera que, casi mejor, escuchemos al entendido en desvaríos puber-drogófilos. A ver si nos cuenta algo que nos pueda arreglar la papeleta en el próximo encuentro en la tercera clase de la ESO.