SOY MI SUEÑO
HERNÁNDEZ CAVA, FELIPE / AULADELL, PABLO
El ser humano es agorafóbico por naturaleza. Odia los espacios abiertos y tiende a acotarlos. Con fronteras, con alambradas, con muros. Con una raya de tiza en el suelo. Hasta con bonitas y plácidas vallas blancas alrededor de un jardín. O con definiciones en el diccionario. Una de ellas, la de la palabra "libertad" es la que estremece cada página de Soy mi sueño. Porque como idea, podemos sentirla cercana, con los bordes reblandecidos de tanto usarla, de tanto masticarla para después escupirla a la menor ocasión. Pero en realidad, no conocemos de ella más que una cara, como pasa con la luna. Y a la que tratamos de buscarle todas las facetas, se nos desborda como un embalse, nos mima y abofetea, nos aterra. Porque no hemos sabido colocarle alrededor unas bonitas vallas blancas.
Título: SOY MI SUEÑO
Resumen: El avión de Erich Hafner, comandante de la Lutwaffe, se estrella sobre una llanura de la península de Crimea en mayo de 1942. Solaya, una vieja chamana tártara, le curará de sus heridas y le introducirá en un tiempo en el que pasado, presente y futuro se entrelazan. Es la oportunidad que Erich tiene de revisar su vida, desde que era un niño en Dresde que se estusiasmaba con los ángeles del pintor Rafael en la pinacoteca de la ciudad. Un niño, hijo de un piloto alemán de la Primera Guerra Mundial y de una madre judía amante de las artes, que decidió buscarse a sí mismo en el cielo, pilotando aviones de combate. Pero ahora el encuentro con Solaya le pondrá también ante la tesitura de averiguar cuál es el sentido último que quiere conferir a su vida. Y, en medio de una Segunda Guerra Mundial en la que los políticos aplican con frialdad sus diferentes estrategias, él tiene en esos momentos la posibilidad de construir su propia realidad, a base de voluntad (una voluntad bien diferente de la que reclaman como concepto los nacionalsocialistas). En un mundo que es todo él salvaje y cruel representación, Erich puede ser su sueño.