MISTERIO BUFO
JUGLARÍA POPULAR
FO, DARIO
Misterio bufo, por primera vez traducido al castellano, es sin duda la obra más famosa de Dario Fo, tras su representación en España en 1982, y también el texto más significativo de su investigación sobre las raíces del teatro popular. Las nueve piezas que lo componen retoman, en clave grotesca, las representaciones sacras de nuestra tradición. La figura del «juglar», del bufón que satiriza con su verdad las costumbres asumidas, sirve a Fo para exponer la podredumbre o corrupción moral en la que vivía el clero durante el papado de Bonifacio VIII, o bien para parodiar la resurrección de Lázaro o el milagro de las bodas de Caná, que se convierten aquí en metáforas de nuestra realidad actual. Según el autor, «para el pueblo, el teatro ha sido siempre el medio principal de expresión, de comunicación, pero también de provocación y de agitación de ideas. El teatro era el periódico hablado y dramatizado del pueblo» y Dario Fo se ha convertido en su heredero universal.
Dario Fo (Sangiano, Varese, 1926), autor-director-actor y Premio Nobel de Literatura 1997, exponente de un teatro político que le llevó a la cárcel, escribe su primera obra de teatro en 1944, y en 1948 aparece por primera vez en escena como actor. En 1956 se casa con Franca Rame, su inseparable compañera en la vida y en el escenario, con quien ha ido elaborando una forma de teatro innovadora y transgresora. Ha escrito y representado más de cincuenta obras, que lo han convertido en uno de los hombres de teatro con mayor prestigio internacional. De sus obras conocidas en España, cabe destacar Muerte accidental de un anarquista, ¡Pum, pum! ¿Quién es? ¡La policía!, La mueca del miedo, Aquí no paga nadie, Una mujer sola, Misterio bufo (Siruela, 1998), Tengamos el sexo en paz y No hay ladrón que por bien no venga y otras comedias (Siruela, 1998).
Misterio bufo, por primera vez traducido al castellano, es sin duda la obra más famosa de Dario Fo, tras su representación en España en 1982, y también el texto más significativo de su investigación sobre las raíces del teatro popular. Las nueve piezas que lo componen retoman, en clave grotesca, las representaciones sacras de nuestra tradición. La figura del «juglar», del bufón que satiriza con su verdad las costumbres asumidas, sirve a Fo para exponer la podredumbre o corrupción moral en la que vivía el clero durante el papado de Bonifacio VIII, o bien para parodiar la resurrección de Lázaro o el milagro de las bodas de Caná, que se convierten aquí en metáforas de nuestra realidad actual. Según el autor, «para el pueblo, el teatro ha sido siempre el medio principal de expresión, de comunicación, pero también de provocación y de agitación de ideas. El teatro era el periódico hablado y dramatizado del pueblo» y Dario Fo se ha convertido en su heredero universal.