MATAR A LA BESTIA. HISTORIA SECRETA DE LA GUERRA CIVIL
HISTORIA SECRETA DE LA GUERRA CIVIL
AA.VV
Esta es la guerra que jamás te contaron, una gran antología ilustrada en donde las grandes historias dan paso a aquellas otras protagonizadas por los sin nombre.Matar a la bestia. Historia secreta de la Guerra Civil es la guerra que jamás te contaron, una en donde las grandes historias dan paso a aquellas otras protagonizadas por los sin nombre. Singulares, extraordinarias y, en gran medida, desconocidas, que reflejan la movilización total y la generosidad. Batallones de la Muerte ?anarquistas con huesos y calaveras y hasta cuchillos, imitando a los arditi italianos? o Legionarios de la Muerte que marcharon contra los otros, los preparadísimos legionarios del «¡Viva la muerte!». En los primeros meses de guerra, la llamada a las armas fue prácticamente total. Jinetes armados, trenes de «agitación», blindados caseros, gudaris, dinamiteras, dirigibles ardiendo en la Casa de Campo, milicias de mujeres e incluso empleadas de una perfumería empuñaron las armas y se pusieron el ya famoso mono de obrero. No hubo sector que no crease su particular imaginario antifascista: matarifes, peluqueros o toreros, entre muchos otros, crearon sus propios grupos armados, sin experiencia militar previa, mientras los cabarets sicalípticos seguían abiertos a pesar de los bombardeos y la moralina republicana. Podías ir al cine Durruti y pasear por la avenida de Rusia o la calle Mateo Morral. Contra tropas africanas, italianas o alemanas, armas caseras, arte surgido entre los escombros, revistas de agitación, Escuelas de Chóferes de Mujeres Libres, «brujas» y ciclistas antifascistas. Todo eso está en este libro, una gran antología ilustrada, guerrera y emocionante de Agente Provocador, que es deliberadamente parcial: recoge solamente la memoria de los nuestros, esa que hay que cuidar y preservar para precisamente no olvidar. Así es: no olvidarlos a ellos y ellas, héroes y heroínas casi siempre anónimos que sufrieron un golpismo bárbaro dirigido contra el mismo pueblo, con su consiguiente guerra, y que los marcó ?y, de paso, también a nosotros, depositarios de una memoria frágil? y envió al exilio o bien acabaron en cunetas aun hoy sin exhumar.