LA MANO ENCANTADA
NERVAL, GÉRARD DE
Eustache Bouteroue, un joven formal y con poca destreza para el arte de la lid, se ve forzado a batirse en duelo por su amada. Con la ayuda de un titiritero y sus hechizos, consigue superar el embate, pero la mano ha adquirido vida propia y Eustache se verá envuelto en una espiral sin fin de accidentes y desgracias.
Humor, miedo y crítica social aproximan este relato de Nerval a la novela gótica, tan en boga a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La mano encantada muestra la afición e interés de su autor por la magia, el ocultismo, la cábala, el esoterismo, el simbolismo y la alquimia. No es únicamente un relato fantástico, sino que ofrece un segundo nivel de lectura donde el lector hallará múltiples referencias a los temas citados y a todo el elenco de personajes por los que Nerval mostraba especial debilidad: magos, titiriteros, bufones y comediantes.
Gérard de Nerval es el seudónimo del poeta francés Gérard Labrunie (París, 1808-1855). Autor destacado de la intelectualidad del XIX, escribió ensayos y artículos sobre poesía y lengua francesa, con especial interés por los poetas de la Pléyade y la poesía del siglo XVI. Formó parte del Cénacle, el grupo de escritores organizados por Sainte-Beuve que daban soporte a Victor Hugo, y en sus reuniones coincidió con Alfred de Vigny, Alfred de Musset, Alexandre Dumas o Théophile Gautier.
Los múltiples viajes por Oriente Próximo le inspiraron varios artículos y un libro, Voyage en Orient, publicado en 1851.
Nerval sufrió graves trastornos nerviosos que lo obligaron a ser recluido en diversas ocasiones, periodos en que, lejos de curarse, alimentaba su locura leyendo y escribiendo relatos de ocultismo, cábala o magia. Al cabo de una vida azarosa y con múltiples problemas económicos, Gérard de Nerval murió ahorcado, como el protagonista de su historia, en una verja de la Rue Vieille-Lanterne, calle hoy desaparecida del primer distrito de París.
Eustache Bouteroue, un joven formal y con poca destreza para el arte de la lid, se ve forzado a batirse en duelo por su amada. Con la ayuda de un titiritero y sus hechizos, consigue superar el embate, pero la mano ha adquirido vida propia y Eustache se verá envuelto en una espiral sin fin de accidentes y desgracias.
Humor, miedo y crítica social aproximan este relato de Nerval a la novela gótica, tan en boga a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La mano encantada muestra la afición e interés de su autor por la magia, el ocultismo, la cábala, el esoterismo, el simbolismo y la alquimia. No es únicamente un relato fantástico, sino que ofrece un segundo nivel de lectura donde el lector hallará múltiples referencias a los temas citados y a todo el elenco de personajes por los que Nerval mostraba especial debilidad: magos, titiriteros, bufones y comediantes.