EL ESPACIO DOMESTICO: LA MUJER Y LA CASA
AMANN ALCOCER, ATXU
Esta investigación intenta establecer los vínculos entre las formas de pensar, de ver el mundo, las formas de vida y la vivienda, y en particular, alertar de los cambios fundamentales que el pasado siglo ha protagonizado en el mundo occidental: la revolución de la información, y sobre todo, de la mujer.
Si la crítica de la arquitectura implica también cuestionar el mundo y la vida, se trata de demostrar que en la relación dialéctica arquitectura-familia, la mujer ha sido la gran ausente de la historia, no habiéndole pertenecido ni el espacio privado ni el público.
Si la casa, "como caparazón de los prejuicios familiares en las actitudes del jefe de familia hacia la mujer y el niño, ha sido formada en milenios", en menos de un siglo, la mujer occidental ha conseguido vaciarla de contenidos. No ha logrado deshacer la consistencia de esa jaula; simplemente, se ha ido.
La arquitectura es un delirio de poder, un desvarío del deseo de organizar la vida de los otros, que se vincula a la producción industrial-mercantil y a la justificación posterior de su pertinencia. Pero los edificios pueden entenderse sin arquitectura, como cajas que contienen escenarios tipificados para que en su interior se puedan reproducir comportamientos colectivizados. Este enfoque, permite acercarse a las viviendas como laberintos ritualizadores que basan su organización en la distribución de papeles activos entre los miembros de los grupos que los tienen que ocupar. El presente ensayo de Atxu Amann abre radicalmente esta consideración moral de la edificación para señalar los supuestos genéricos en los que descansa la vivienda como producto de consumo y receptáculo de la intimidad inconfesable