DAVID LYNCH. TERCIOPELO AZUL. BLUE VELVET
ESTUDIO CRÍTICO DE CHARO LACALLE
LACALLE (ESTUDIO CRÍTICO), CHARO
Terciopelo azul, la película de David Lynch que muchos consideran como una de las obras de arte cinematográficas de los años ochenta, representa una vertiginosa travesía del ser humano (encarnada en la figura del joven Jeffrey Beaumont) por los entresijos del bien y del mal que se desvelan bajo la tranquila y convencional apariencia de la ciudad americana de provincias. Estigmatizado en Venecia y ganador del Festival de Filmes Fantásticos de Avoriaz, Terciopelo azul sigue siendo el filme más personal y característico de Lynch y representa, de modo ejemplar, las obsesiones de un cineasta que acaba siendo el protagonista indiscutible de sus obras, así como esa pasión por las composiciones expresionistas que convierten al director en esteta y a sus películas en dolorosos e inquietantes cuadros vivos. A través de la mirada semiótica que la autora proyecta sobre la obra completa de Lynch, en el libro se van desentrañando las claves de sentido que sostienen ese retrato, tan subjetivo y, a la vez, representativo, que el director hace de una cierta América. La biografía de Lynch y su trayectoria profesional son los guías de un texto que, como la película que analiza, se convierte en un apasionante viaje.
Terciopelo azul, la película de David Lynch que muchos consideran como una de las obras de arte cinematográficas de los años ochenta, representa una vertiginosa travesía del ser humano (encarnada en la figura del joven Jeffrey Beaumont) por los entresijos del bien y del mal que se desvelan bajo la tranquila y convencional apariencia de la ciudad americana de provincias. Estigmatizado en Venecia y ganador del Festival de Filmes Fantásticos de Avoriaz, Terciopelo azul sigue siendo el filme más personal y característico de Lynch y representa, de modo ejemplar, las obsesiones de un cineasta que acaba siendo el protagonista indiscutible de sus obras, así como esa pasión por las composiciones expresionistas que convierten al director en esteta y a sus películas en dolorosos e inquietantes cuadros vivos.
A través de la mirada semiótica que la autora proyecta sobre la obra completa de Lynch, en el libro se van desentrañando las claves de sentido que sostienen ese retrato, tan subjetivo y, a la vez, representativo, que el director hace de una cierta América. La biografía de Lynch y su trayectoria profesional son los guías de un texto que, como la película que analiza, se convierte en un apasionante viaje.