BERGMAN EL ARTISTA Y LA MASCARA
LUQUE RAMON
Mientras se estaba escribiendo este libro, murió Ingmar Bergman dejando tras de sí un buen número de obras maestras cinematográficas. Bergman fue un artista del cine muy peculiar: de un lado, individualista, egocéntrico y obsesionado por los grandes temas: el amor, la muerte, Dios... Pero, por otro lado, también quiso ser simplemente artesano, o como los modestos y anónimos autores de una catedral: un hombre que utilizaba su arte para estar, si no más cerca de Dios (caso improbable de que existiera), al menos, más cerca de cierta trascendencia. En este libro sobre el autor sueco, se siguen las pistas del gran artista que fue, pero sin análisis quirúrgicos ni excesos académicos. Sólo pretende ser un amable y caprichoso paseo por la obra de Bergman, un cineasta obsesionado por la máscara que todo ser humano se empeña en llevar puesta, la máscara que protege a eses niño inocente y desvalido que aún vive y respira en nuestro interior. Porque Bergman, tal y como el mismo decía, era como un niño y como un nió quería ser escuchado. Sus películas forman ya parte fundamental de la cultura europea y si alguien lo considera aburrido o anticuado, es que aún no ha desarrollado un paladar suficientemente sensitivo para disfrutar del auténtico cine.
Un paseo sin análisis quirúrgicos ni excesos académicos por la obra de Bergman, un cineasta individualista, tan egocéntrico como artesano pero, sobre todo, obsesionado por la máscara que todo ser humano se empeña en llevar puesta.